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El corazón de un adulto, aproximadamente del tamaño del puño de un hombre, se compone de tejido muscular y está cubierto por el pericardio, una membrana firme de dos capas. Los ligamentos que están unidos a la membrana externa, al esternón y a la espina dorsal, sujetan firmemente al corazón en la cavidad superior del tórax.
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Con cada latido, el corazón impulsa al interior de la aorta de 55 a 85 ml de sangre, con suficiente presión para alcanzar los vasos sanguíneos más diminutos y distantes. A medida que la sangre pierde oxígeno, fluye hacia las venas, que la llevan de regreso al corazón y a los pulmones para reanudar el ciclo.
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Las cuatro cavidades del corazón están separadas entre sí por válvulas que mantienen circulando la sangre en la dirección correcta. La sangre usada llega a la aurícula derecha, de allí pasa al ventrículo derecho, que la bombea a los pulmones. |
Nueva sangre oxigenada circula de los pulmones al ventrículo izquierdo, que la impulsa a través de la válvula aórtica hacia el interior de la aorta y a la circulación general. |
El organismo de un adulto posee alrededor de 60 millones de vasos sanguíneos que suministran oxigeno y otros nutrimentos a todas las células, llevándose el dióxido de carbono y otros desechos. El corazón hace circular constantemente de 4 a 5 litros de sangre a través de esta extensa red.
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Aunque el corazón está hecho para que dure toda la vida, las enfermedades cardiovasculares son la causa principal de muerte en México: más de 50.000 vidas por año. |
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La mayoría de estas muertes se deben a ataques al corazón, enfermedades isquémicas e hipertensión arterial. Estos trastornos son epidémicos en todo el mundo, concentrándose en su mayoría en los países desarrollados. No obstante, y aunque varía según la región, en México es claro cómo la mortalidad asociada a enfermedades del aparato circulatorio ha sufrido un aumento, en especial a partir de 1980. Se trata de un fenómenolativamente moderno que los expertos atribuyen a una combinación de factores relacionados con el estilo de vida y la herencia. Sin embargo, los investigadores han demostrado que los ataques al corazón, los derrames cerebrales y otras contingencias cardiovasculares se pueden prevenir adoptando un estilo de vida equilibrado y saludable para el corazón |
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