Encéfalo y Sistema Nervioso
 

El encéfalo y la médula espinal forman el sistema nervioso central, que se ramifica de la espina dorsal a todo el organismo. Los impulsos nerviosos viajan en una sola dirección; así, un conjunto de nervios transmite mensajes desde el encéfalo hasta las manos; y otro transmite impulsos de las manos al encéfalo.

Sistema Nervioso Central

Encéfalo

Un encéfalo adulto pesa cerca de 1,35 kg y contiene alrededor de 10.000 millones de células nerviosas, La parte mayor es el cerebro, que nos distingue de otras especies animales; no sólo es morada de la inteligencia y la creatividad, sino también fuente de emociones como el amor, los celos, el perdón, la ira y otras características humanas.

Algunas células nerviosas o neuronas miden más de 30 cm de longitud. Los impulsos eléctricos, que viajan a 400 km por hora, llevan mensajes a través de la neurona hasta que alcanzan el axón.

Neuronas

Un neurotransmisor químico a su vez estimula la dendrita de la siguiente neurona para producir un impulso similar, formando una reacción en cadena hasta que el mensaje llega a su destino. Nuestros movimientos, pensamientos, sensaciones y funciones corporales son controlados por el encéfalo y el sistema nervioso. Los neurocientíficos apenas están empezando a descifrar los misterios del encéfalo humano, y muchos predicen que nunca entenderemos completamente los fenómenos que se relacionan con su funcionamiento: la memoria, el lenguaje, la creatividad.

El sistema nervioso es una compleja red de ramales, con muchas partes y funciones imbricadas, controladas por el encéfalo y por la extensión de su médula espinal. Funciones automáticas o involuntarias como la respiración, la circulación y la digestión, son controladas en gran medida por el sistema nervioso autónomo, el cual se divide en dos:
el simpático y el parasimpático. Estos dos sistemas actúan como interruptores que encienden o apagan los órganos, manteniendo así un estado de equilibrio.

Los nervios sensoriales de la superficie reciben mensajes del mundo exterior y los transmiten al encéfalo, donde son interpretados y enviados de regreso al organismo por conducto de los nervios craneales y raquídeos. Esto sucede en una fracción de segundo y a menudo el pensamiento interviene poco o nada. Cuando algo anda mal en el sistema nervioso, su manifestación puede ser catastrófica, desde trastornos motores triviales hasta parálisis y demencia.