Nuevo paradigma de la Medicina donde se está más cerca del hombre que sufre...

 

Introducción:
La homeopatía se basa en la teoría de que la causa de la enfermedad es similar a su curación. Por ello, el tratamiento consiste en administrar pequeñas cantidades de una sustancia natural muy diluida que, si se tomara en dosis mayores, causaría los mismos síntomas que la enfermedad.

Orígenes:

Samuel Hahnemann, médico alemán, desarrolló los principios de la homeopatía en los inicios del siglo xix, después de abandonar lo que consideraba prácticas desatinadas de sus colegas. En especial, se interesó en los “semejantes” de Paracelso, médico y alquimista suizo del siglo xvi, quien dedujo que las mismas sustancias que en grandes cantidades causan la enfermedad también la curan si se administran en pequeñas dosis. Hahnemann anunció sus hallazgos en 1810, y una lista de remedios “comprobados” apareció en 1821.

Los principios homeopáticos de Hahnemann son:

- Las sustancias que producen síntomas similares o idénticos a los que experimenta el paciente producen la curación; en otras palabras, “lo semejante cura lo semejante”.

- Sólo se administra una medicina a la vez.

- La menor cantidad posible de la sustancia curativa es la más eficaz para aliviar los síntomas.

- La actitud positiva del paciente es esencial.

La homeopatía es tal vez la alternativa médica que más aceptación ha tenido en los países donde domina la medicina alópata. En Europa, y específicamente en Francia, los gastos en que incurre un paciente que consulta a un médico homeópata están cubiertos por los sistemas de seguridad social. En México está ganando terreno; hoy día ya es posible estudiar esta especialización en la universidad.

Se han clasificado unos 2.000 remedios homeopáticos. A continuación, algunos eemplos:

Acónito (napelo, casco de Júpiter). Los síntomas, como fiebre alta, son intensos y surgen de repente.

Apis mellifica (veneno de miel de abeja). Los síntomas incluyen inflamación aguda, caracterizada por picazón y enrojecimiento. Arsenicum album (arsénico blanco o anhídrido arsenioso). Los síntomas comprenden agitación extrema, temor, debilidad, fatiga, escalofríos y dolor ardiente, que empeoran por la noche. Belladona (amarilis). Los síntomas surgen de repente y en forma violenta; se pueden presentar fiebre, inflamación y calambres. Gelsemio (jazmín amarillo). Somnolencia, fatiga, pereza mental y debilidad física.

Mercurius vivus (mercurio). Los síntomas incluyen inflamación considerable de la piel y membranas mucosas, formación de pus, dolor y, en algunos casos, llagas abiertas.

Nux vomica (nuez vómica). Los síntomas comprenden dolores de cabeza, escalofríos, indigestión, espasmos musculares y dolor de espalda.

Recomendaciones :

- Tenga cuidado con las afirmaciones desmedidas de practicantes que prometen curar enfermedades graves que no responden a los tratamientos convencionales.

- Si sus síntomas no mejoran después de una o dos visitas al homeópata, es hora de consultar a su médico.

- Los comercios de productos naturistas ofrecen muchos remedios y manuales homeopáticos.

- La automedicación debe limitarse a afecciones leves.

Practicantes:

En México, la homeopatía es impartida como especialidad médica sólo en la Escuela Nacional de Medicina y Homeopatía del Instituto Politécnico Nacional. Después de haber cursado los estudios correspondientes a la licenciatura en medicina general, el aspirante puede cursar un diplomado que lo acredite como médico cirujano y homeópata, que le permite ejercer la homeopatía sin restricción legal alguna. La institución cuenta también con capacitación en homeopatía a nivel maestría y está previsto ofrecer, asimismo, un programa de estudios de especialidad a nivel doctorado. Desde luego, existen también practicantes que han realizado estudios formales en el extranjero.

Cuándo se emplea:

Los homeópatas afirman que tratan prácticamente cualquier padecimiento. Sin embargo, la mayoría reconoce que sus métodos son mejores para trastornos crónicos. A.menudo se recetan medicamentos para auxiliar procedimientos alternativos, como la acupuntura y la quiropráctica. La mayoría de los homeópatas recomienda recurrir a la medicina convencional para lesiones, infecciones, cáncer y otras enfermedades graves. En estos casos, la homeopatía se usa como auxiliar de la medicina convencional.

Cómo actúa:

Aun los mayores defensores de la homeopatía no están seguros de cómo funciona. Los homeópatas creen que los síntomas son la manifestación de los esfuerzos del organismo por curarse a sí mismo. Por tanto, buscan la sustancia que produzca los síntomas de la enfermedad en personas sanas.

Los medicamentos homeopáticos se preparan en series de diluciones. Un extracto se mezcla con una cantidad de agua —o agua y alcohol— 100 veces mayor, se agita vigorosamente y se diluye otra vez. Agitar entre cada dilución es fundamental; las sustancias que se diluyen sin agitarlas no funcionan. Este proceso se repite hasta que es imposible encontrar rastro alguno del extracto original. Atribuyen su eficacia a la transmisión de la “energía vital” que repercute en el organismo del paciente. Algunos suponen que es importante la confianza en el médico para hacer que el paciente mejore. Qué se puede esperar

En la primera consulta, el terapeuta interroga y realiza un examen físico al paciente. Después selecciona un único medicamento (incluso si éste no cura, no causa daño por estar tan diluido). Si se escoge la cura equivocada, se dice que no se encontró el “centro de gravedad” de la afección y se intenta otra. Al principio, el medicamento correcto puede empeorar los síntomas, lo cual indica que las defensas del organismo recuperan fuerzas para producir la cura.