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oriental
y la occidental, que se amplió en el Renacimiento, con el inicio
de los métodos científicos modernos en la medicina.
Los grandes éxitos que ha logrado la ciencia en el siglo xx han motivado a los médicos, sobre todo de los países desarrollados, a adoptar la medicina científica con entusiasmo, rechazando e incluso proscribiendo gran parte de lo que hoy día se consideran terapias alternativas. Sin embargo, en otras partes del mundo las terapias naturales siguieron coexistiendo con la medicina ortodoxa. Incluso en India, donde se prohibió la enseñanza de la medicina ayurvédica tradicional bajo el dominio británico, la práctica nunca desapareció y resurgió rápidamente cuando el país recuperó su independencia. En los últimos años, un creciente número de personas reconocen que Lograr y conservar una buena salud es una responsabilidad individual, relacionada con el estilo de vida. Cada vez se insiste más en una buena nutrición, en hacer ejercicio en forma regular, en controlar el peso y en dejar de fumar. Muchas terapias alternativas, que alguna vez se desecharon como palabrería yana, hoy son auxiliares complementarios de la medicina convencional, e importantes para prevenir y tratar muchas enfermedades. Los terapeutas alternativos y sus pacientes han encabezado el movimiento de La medicina natural; pero también algunos médicos y académicos destacados están dispuestos a aceptar una propuesta equilibrada que abogue por que los pacientes consulten a los médicos ortodoxos en caso de infecciones y otras enfermedades agudas, y que prueben terapias alternativas para combatir problemas crónicos en los que la medicina convencional no puede hacer mucho. Otros médicos ortodoxos ahogan por combinar terapias convencionales y alternativas, además de cambios en el estilo de vida, para tratar incluso padecimientos graves como la cardiopatía. En las siguientes páginas se describen algunas ele las terapias alternativas y sus posibles beneficios y limitaciones. |
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